2.29.2012

Su democracia apesta, construyamos la nuestra

Su democracia apesta, construyamos la nuestra. from Grupo Averia on Vimeo.





Tres, dos, uno... ¡Acción!
(teatro de guerrilla)

Artículo extraído del anuario de movimientos sociales Mallorca 2011 de contrainfo.cat

Comentarios, artículos, siglas y estampas, el discurso político está empapelado. El pensamiento atrincherado en el negro sobre blanco, los mensajes subversivos retenidos tras las frases paralelas que los tienen encerrados.
Cuando la vida es una sucesión monótona de objetos que defraudan, las palabras no bastan, no existe el pensamiento revolucionario sino los actos revolucionarios.
Y ante esto, nos preguntamos: ¿servirán de algo? Pero la respuesta no es pertinente, pues la pregunta se formula según la lógica burguesa que todo lo cuantifica, que busca la rentabilidad y no la satisfacción del mismo caminar.
Ha muerto el tiempo de los panfletos y las consignas, de las manifestaciones previsibles donde los activistas mudos reparten comunicados fabricados en serie. ¡Abajo la telecomunicación! ¡Fuego a las copisterías!
Nuestras armas: el juego, la sorpresa y la burla. Exagerar la realidad hasta volverla inaguantable, desautorizarla, desacreditarla. A veces la risa puede ser más subversiva que los palos y las piedras. Esto es el teatro de guerrilla, romper el papel que cada uno asumimos de forma pasiva, cambiarlo por una participación completa, divertida. Hacernos conscientes de que la barrera entre éste y el otro mundo es sólo mental (la mayor parte de los casos). Contagiar la imaginación, prepararnos para la improvisación frente a la imprevisión de lo que pueda ocurrir en la calle, lejos de la cómoda separación entre público y representación. Preparar una imagen sencilla, que descoloque, que vaya más allá del lenguaje, que sea entendida por cada individuo de una forma distinta.
Así pasó a principios de año, cuando un cristo sangrante arrastraba tambaleante una cruz repleta de bolsas comerciales. La imagen no dejó indiferente a nadie y seguramente dio lugar a numerosos debates. No importa si no se agrada a todo el mundo, es necesario posicionarse.  
Meses después, en Mayo, justo antes del circo de las elecciones, otro circo atípico desfiló por Palma. Había un capitalista gigante con un aro enorme que animaba a todos los viandantes a pasar por él, lo hizo hasta un policía. El resto de la comitiva, contaba con una oveja que coronaba con una capucha de borrego a los que pasaban por el aro. También había un anciano con mono de trabajo, que daba la sensación de que no iba a jubilarse nunca, un arlequín y un vampiro trajeado, que asaltaba asustando a los ciudadanos pidiéndoles limosna para el rescate bancario.
Llegó el 15M y se consolidó la idea de que la protesta tenía que ser creativa. Hubo performances en las que se representó la violencia policial vivida en Barcelona, se enterró a la democracia, y en las manifestaciones hubo personas que cambiaron las pancartas habituales por atuendos o disfraces que tenían algo que decir. Anteriormente, los integrantes de estado del malestar, o los animalistas de anima naturalis, también habían hecho algo parecido. No obstante, aunque sea cierto que tales representaciones son más imaginativas que el discurso habitual, no vamos a decir que todas sean teatro de guerrilla. Para esto, es necesario que la representación no sea ni demasiado complicada (como lo son la obras artísticas que no se pueden entender por sí mismas sin una explicación del especialista) ni demasiado evidente. Ha de sugerir y no explicar, no ha de ser aclarativa como los dibujos de los cuadernos escolares, sino generar una pequeña confusión que anime a quién la presencie a completar por sí mismo el significado (o mejor dicho, la provocación). Por ejemplo, en la acción de Santas Rebajas, que describimos al principio, se hacían posibles varias interpretaciones. Por una parte se podía pensar que la acción criticaba a la Iglesia por permitir que sus festividades sean excusa para el despilfarro y el consumismo. O bien se podía pensar que si Cristo existiera hoy, sería crucificado por las multinacionales. O que el consumismo es la religión de nuestra época… Lo importante no es un significado u otro, sino que la imagen haga reaccionar a quienes la contemplan, les haga preguntarse, genere discusión, corrillos… Por un momento, la calle no es ese sitio de tránsito donde nunca pasa nada. De repente la gente se detiene, habla y comenta, incluso aunque no se conozca.
Otro elemento imprescindible: la sorpresa, la emboscada. No se trata de dar colorido a una manifestación. Si ves que la policía ha cortado la calle y a lo lejos se acerca una multitud con pancartas y banderas, el acto puede ser más o menos imaginativo, pero no es nada nuevo, estamos demasiado acostumbrados, pensamos “ah, una protesta”, lo aceptamos sin más.
Pero si estamos en la biblioteca, o en el mercado, y de repente aparece por nuestra espalda una mosca gigante, frotando las patas nerviosa, no pensamos “ah, una mosca gigante” y nos damos la vuelta y seguimos a lo nuestro. Sino que miramos a nuestro alrededor, miramos a los demás y nos preguntamos qué es esto. Y cuando salimos de la biblioteca, o de la tienda, como quien dice con la mosca detrás de la oreja y al salir nos topamos con una mierda de un metro de alto, y que más lejos hay otra mosca que porta un cartel que cita: “su democracia apesta, construyamos la nuestra”, la idea no se borrará fácilmente de nuestra memoria. Y lo determinante no son las palabras, pues si esas palabras estuvieran simplemente escritas en un muro pasarían casi desapercibidas. Fue divertido además, el día que vino Rajoy a dar un mitin, que media docena de moscas revoloteando provocaron un despliegue increíble de policía, vayas y furgones tan sólo para controlar a unos chavales desarmados y en mallas, con alas de plástico. Quedó manifiesto que vivimos en un estado policial. Como cuando en otra ocasión, un compañero fue detenido por acercarse a un político con unas tijeras de cartón…
Hasta aquí fue todo, mientras el mundo siga girando, seguiremos jugando, seguiremos probando. Porque la vida depende de la agitación que realizan unos pocos individuos excéntricos. Nos veremos en el próximo acto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario